Fistulización del saco anal abscesado: Caso Matilda

27 junio, 2020

Los sacos anales son unas “glándulas” que por lo regular son 2 y que se localizan cada una lateralmente al ano, debajo de la piel, y se abren al exterior mediante unos pequeños conductos que se comunican con el esfínter anal.

Normalmente, se vacían al defecar y su contenido parece contribuir al marcaje del territorio de los carnívoros y en nuestro caso los perros.

La causa principal del problema, es desconocida, pero se piensa que puede haber un componente inmunitario pues el problema cursa con un tipo de lesiones que se puede tratar con fármacos inmunosupresores (que deprimen el sistema inmunitario o de defensa).

Están especialmente predispuestos los perros de raza pastor alemán y es más frecuente en machos enteros de 5 a 7 años pero también en las hembras de diferentes razas y edades llegan a presentar el padecimiento.

Los animales que lo padecen presentan molestias y dolor y en muchas ocasiones para poder explorarlos y valorar de forma apropiada hay que sedarlos.

Los trastornos de los sacos anales comprenden varios problemas o fases:

1) Impactación de los sacos: el líquido que contienen se hace muy espeso y no puede salir al exterior.

2) Infección de los sacos: los sacos ya impactados se inflaman y se contaminan con microorganismos.

3) Formación de absceso: Se forma “pus”, que es una acumulación de líquido, glóbulos blancos, tejido muerto, bacterias y cualquier otro material o cuerpo extraño. Se produce rotura o no del saco hacia el exterior.

Inicialmente se impactan los sacos anales, estos se infectan y se inflaman. A continuación, se forma un absceso que puede hacer o no que se rompa el saco anal.

En ocasiones se pueden producir fístulas desde los sacos anales debido a que la secreción no es capaz de salir a través de su conducto natural y busca rutas alternativas (fístulas).

Estás fístulas afectan a tejidos más profundos y en ocasiones pueden incluso comprometer al ano. Resultan muy dolorosas y aparecerá un tejido ulcerado y muy maloliente.

La exploración de la zona y la observación de la región inflamada con o sin herida abierta pueden ser suficientes para llegar a un diagnóstico. Y como tratamiento se planea lo siguiente:

  • Si sólo hay impactación debe hacerse el vaciado de los sacos manualmente.
  • Si hay infección será necesario el uso de antibióticos, soluciones antisépticas y pomadas locales. Puede ser necesario el uso de inmunosupresores.
  • Las infecciones recurrentes muchas veces deben ser tratadas quirúrgicamente.

Caso Matilda:

Llega por el área de urgencias Matilda hembra castrada chihuahueño de 10 años.  Con la historia de presentar molestias y mucho dolor en la parte perianal y se “arrastra como cochecito”

Al examen físico general no se encuentra alteraciones aparentes y solo se aprecia herida en zona perianal de aproximadamente 0.4 cm con salida de contenido purulento y sanguinolento.

Se realiza el drenado y limpieza de la herida y debido a que la herida había fistulizado por si misma no requería ningún procedimiento quirúrgico  por lo que se manda a casa con omeprazol a 1mg/kg 1 vez al día, clindamicina a 5mg/kg dos veces al día por via oral durante 8 días y por ultimo meloxicam a o.1mg/kg 1 vez al día por via oral solo por 4 días y limpiezas y lavados de la herida con agua acida hidrolizada.

Si identificas alguno de los signos antes mencionados es importante que acudas con tu mascota para poder proporcionarle un tratamiento adecuado a tu mascota y evitar complicaciones mayores.

 

Por mascotas felices y sanas, CVP

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